domingo, 18 de octubre de 2009

"its not a place you go, its a place that comes to you and its not about who you know or who is in your heart, it may come as a big suprise but you are not alone, all that you have is not what you own."

-"The Afterlife", YACHT.

viernes, 7 de agosto de 2009

"We are all co-authors of this dancing exuberance, for even our inabilities are having a roast. We are the authors of ourselves, co-authoring a gigantic Dostoevsky novel starring clowns. This entire thing we're involved with called the world is an opportunity to exhibit how exciting alienation can be. Life is a matter of a miracle that is collected over time by moments flabbergasted to be in each others' presence. The world is an exam, to see if we can rise into the direct experiences. Our eyesight is here as a test, to see if we can see beyond it. Matter is here as a test for our curiosity. Doubt is here as an exam for our vitality. Thomas Mann wrote that he would rather participate in life than write a hundred stories. Giacometti was once run down by a car, and he recalled falling into a lucid faint - a sudden exhilaration as he realized at last, something was happening to him."

Speed Levitch en Waking Life.

jueves, 6 de agosto de 2009

We Insist

The mirror was there, in front of our eyes. At first it looked like a hole, but when we saw what it was reflecting, its content became a reiteration of our reality, the reality in our side. Against the work, we were exposed to witness a wonderful game of perception and with diverse readings. Two dimensions came together at the act of watching. The first dimension was at the stage were the installation was placed: the borderline, the sky, the wires, and the light. The overall picture. The second one consisted in the particular picture held in every one of the more than 30 mirrors that were arranged as a mosaic that was the central part of the piece. The fragmented and the specific reality.

The space repeated itself over and over, like a multiplicity of our image, and every tree, house, wire, and floor, which peacefully adorned the background behind us. For a moment it was possible to imagine that the primordial sense of the piece was no other than to serve as a strange and restless decoration. Nevertheless, the work of dancers Mia Habib, Rani Nair and sound artist Jassem Hindi, proposed precisely something more complex. It insisted that we can never forget about that territory, that we should constantly think about our condition through our limits and borders.

It looked as if they were telling us that the wall was a nothing but a reminder of our everyday life: The wall is there, and all of us are here, persisting, crossing and contemplating daily, we are being constrained into a territory, an unchangeable political and cultural limitation. Finally, the acknowledgement that the life here is as important meaningful and unique as the lives on the other side.

For each mirror, we are a lot of pieces, because we understand that the reality is not just one only, and sure it is personal and untransferable, but it can also be shared. Then, what happens here does not just stays here, it crosses the boundaries or we keep it with ourselves when we cross this constant traffic space we call border.
The mirrors were there.

*The photographic testimony that accompanies this text presents “We Insist” a night before the official exhibition and a day after the event “Running into Political Equator”. Apparently it was completely destroyed by young habitants of the surroundings and just a few pieces of mirrors and wood remains as proof.



Julio Torres, julio de 2009.
La memoria es un mapa en el que se trazan, a partir de nuestro contacto con el exterior, diferentes líneas, figuras y directrices que nos remiten a la parte más primordial de cada uno. Como seres humanos, necesitamos de nuestra memoria para establecer constantes conexiones con el entorno, configurar y reconfigurar el registro de nuestras experiencias y aprendizajes; tener la posibilidad de regresar y con ello darle sentido al discurso, a la imagen o a nuestra propia vida.

En un mundo que se desvanece tal como lo conocíamos en instantes previos, la obra de arte aparece como el objeto que promete la preservación de aquello memorable acerca de ese mundo. Ya sea en imagen fotográfica, en objeto escultórico, dibujo o texto, vertimos los deseos, las pasiones, los miedos, los anhelos… en suma, todo aquello con lo que precisamos recordar y ser recordados.

Para esta presentación de Proyectos Finales de la asignatura Tópicos de Nuevas Tendencias, Marisol Valdez propone un despliegue entre fotografías, objetos personales, dibujos y textos que nos hablan sobre la insistencia por mantener protegido lo que consideramos valioso de la inminente desaparición, del instante que se nos escurre de las manos.

Por su parte, Alejandrina Núñez nos presenta un ejercicio interactivo mediante dibujos y diálogos, donde se busca reflexionar acerca de la importancia de las palabras usadas en frases casuales, a veces innecesarias; de cómo uno las percibe y decide conservarlas o ignorarlas.

Finalmente, la instalación de Carolina Aguilar intenta dejar al descubierto la dialéctica entre individuo y ciudad, los procesos de sensibilización del ser humano frente a su entorno inmediato y la activación de la memoria. Su necesidad por aferrarse a lo que tiene a su alrededor motivada por el miedo a perder un sentido tan invaluable como lo es la vista.

Tres piezas de tres jóvenes artistas que parecen indicarnos que en la experiencia estética, no importa el medio por el cual se transite para llegar a ella, la relevancia radica en aquello que deseamos llevarnos con nosotros mismos y mantener latente ese recuerdo.

Julio A. Torres


*Texto de presentación para la expo de proyectos finales de la materia "Tópicos de Nuevas Tendencias" de la EScuela de Artes, Mexicali.

martes, 23 de junio de 2009

Desfile de las Naciones Undidas

La Fundación Wanna Winni desarrolló como propuesta de participación para el evento “Running into the political equator” o “Encuentro con el ecuador político” un desfile donde se reunieron distintos personajes, en su totalidad enmascarados, divididos como contingentes, emulando a los desfiles del Día del Trabajo o del 20 de Noviembre.

Naciones Undidas. La premisa partía de un juego de palabras, un concepto no tan complejo de manera política y una pieza más bien abigarrada en sus formas y elementos estéticos. El objetivo principal era inaugurar la muestra con una entrada que resultara impresionante, pero no en el sentido de espectacularidad del arte que se elabora con altos presupuestos, si no aquello que por la manera en cómo está estructurado y presentado, denota una suerte de aciertos que en conjunto son provocadores y pueden (o no) causar un alboroto. La teatralidad del desfile era un basamento primordial. Los personajes variaban desde motociclistas del club de Renegados de Mexicali, performers, bailarinas y gente que se fue integrando con trapos o telas amarillas y rojas, capas de colores y máscaras de cartón; personas en bicicletas, un par de jaraneros, una virgen María, una cebra y tamborileros, todos ellos liderados por la figura central del desfile, Texas Queen, personaje enfundado en una burka de colores alusivos a la bandera estadounidense. Ingredientes dispares que componían un despliegue que podría antojarse a capirotada multicolor sin sentido, pero que en el fondo respondían a la básica idea de transformarlos en una suerte de guerreros que invitaran al publico a entrar al evento animados, motivados, quizá sin razón aparente, pero hacerlo al final de cuentas. Capturar la atención, dirigir el enfoque hacia ese lado del barrio donde se realizaba el encuentro y al mismo tiempo incidir, a partir de lo inesperado y absurdo de la pieza, en la percepción colectiva, ya sea de los habitantes de la zona, de los espectadores del Ecuador Político o de los que simplemente pasaban por las calles.

De las situaciones presentadas quizá haya mucho que decir. La aparente manera carnavalesca en que se exhibieron distintos motivos intentaba confrontar a la gente con momentos de cierta complejidad. Primeramente el recorrido se veía acompañado no sólo por el sonido de algunos tambores o el ruido de las motos o el inquietante y mínimo sonido de las jaranas, sino también por los gritos efusivos de todos los participantes motivados gracias a la voz de Zebrino Zaballo (cebra pionera en la fundación) a través de un megáfono. Diversas frases, diversas risas. Invitaciones a la gente en el público que asombrado o inquietado se asomaba desde las entradas de sus casas. Cuadras hacia abajo y la entrada oficial a todo el evento se consumó al momento de romper una barrera formada por cintas de casettes sujetadas desde un extremo del cerco hasta un poste. El sonido de motores avisó a los presentes que algo se aproximaba. Las reacciones fueron diversas, llamó particularmente atención el júbilo. Entre aplausos, caras de incertidumbre y sorpresa, uno a uno los Renegados se dispusieron en un semicírculo donde al centro Texas Queen bajó de uno de los vehículos. A partir de ahí, como en un coliseo: enfrentamientos dancísticos. Luego un bailarín con fuegos y demás integrantes enmascarados alborotaban a los asistentes.

Lo que podía apreciarse como un pastiche carnavalesco, al mismo tiempo se presentaba frente a una pieza “We Insist” elaborada por otro grupo participante, y la cual estaba compuesta de espejos seccionados que se colocaron sobre una porción del cerco fronterizo. Es decir, para aquellos que no solo se dejaban llevar por la invitación de bailar al ritmo de la Texas Queen, ese personaje quien dirigía la segunda mitad del acto y quien invitaba a cruzar (en todos los sentidos) hacia “el otro lado”, existía también la posibilidad de perderse en una variedad de elementos que, a la usanza de los circos modernos, arrojaba constantemente imágenes e iconos quizá desafiantes en algún momento ó simplemente burlescos en otro. Y en cierta forma, no solo las situaciones se observaban en un primer plano de realidad, si no en un siguiente terreno, el del reflejo fragmentado, que fungía como escenario, pero también como un catalizador visual: una presentación múltiple de la situación enmarcada en ese espacio-tiempo. El fuego, la gente bailando, la tierra, las luces de los motociclistas se podían repetir no nada más una, si no varias veces frente a los ojos de la gran mayoría que podían contemplar aquello y contemplarse a sí mismos como parte de la acción y de todo el contexto. De alguna manera esa es una de las varias lecturas posibles, tal vez una que no era tan evidente.

El hecho de invitar a la gente a moverse al ritmo de una canción cuyas letras conformaban una especie de mantra con el nombre del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a pesar del dejo simplista de provocación, tiene como objetivo obtener más puntos a favor que en contra. Se mencionó que la gente debió sentirse más bien sorprendida por la denuncia de vivir a la sombra de un muro en vez de verse inmiscuida en un bailongo de feria regional. Si se desea, podría hacerse la analogía con el ejemplo en el que, muchas veces, representantes de partidos políticos convocan a sus militantes y seguidores a un mitin de campaña donde la música alegre, el baile y la fiesta se mezclan con el speech del candidato en cuestión y entonces podríamos anotarlo como un elemento motivacional pero, buscándole tres pies al gato podríamos reconocerlo como una discrepancia grave, ya que quizá sea imposible entender por qué la gente baila, enciende sus ánimos y disfruta del momento si es inevitable reconocer en estos tiempos lo complejo y abrumador de la situación política, económica y social de un país como México.

Entonces, en ese desencuentro, en esa contradicción donde van yuxtapuestos el elemento de festividad y la teatralidad del acto político junto a los posibles temores y disgustos de una sociedad que es espectadora, se intenta persuadir a que el otro se interese en el mensaje y se una a la causa, cualquiera que esta sea. Minutos después y bajo el polvo del terreno elevándose sobre las cabezas de todos los asistentes, más de 10 motociclistas arrancaron, abriéndose camino entre la multitud y avanzaron hacia el otro extremo, entre los aplausos, carcajadas, gritos y brazos alzados que se dejaron llevar ante esta pieza de apertura.

El interés de Fundación Wanna Winni era, en resumen, alterar el orden a partir de aquello que se manifiesta como irrisorio, también como distanciado pero reconocible. El caos estructurado del acto performático desde una perspectiva donde era permisible la parodia y la sátira, donde se exaltaba que todo aquello marginado y “(h)undido” también se podía “unir” y levantar su voz, por lo menos, para demostrar que en los límites de una ciudad como la nuestra, podemos despertarnos un segundo y salir a las superficies de nuestras calles con una razón más para divertirnos, dejar la apatía de lado y sentir emoción y asombro.


-Julio Torres, junio de 2009.

jueves, 28 de mayo de 2009

uno debe tener siempre la oportunidad de intentar ver el mundo con nuevos ojos.
de perdonarse los propios errores. de perderse, de encerrarse. tratar de buscar valor en las cosas que tenemos en nuestras narices pero que antes no habíamos aprendido a observar. volverse consigo mismo, y no en la edificación y exaltación del ego precisamente, mas bién un escape de sanidad, de contingencia. vivimos tiempos malos. tiempos de confusión. tiempos donde no importa si tienes 15 o 25 o 35 o 50 años, puedes estar perdido de todas formas. intentar ver allá fuera para buscar sentido. o simplemente para olvidar, no importa qué, quizá todo, quizá nada. simplemente poner la mente en blanco.

reiniciar.

domingo, 24 de mayo de 2009

me dieron ganas de volver. a falta de poder irme, decidí regresar a mi viejo hábito de hacer anotaciones, de lo que fuese. en realidad nunca he sido una de esas personas que tiene hábitos de escribir o leer diariamente. aqui he repetido que soy un perezoso. pero eso ya no es importante.

no sé si hay cosas más importantes. regresé a la escuela entrando el año y la verdad nada ha cambiado. nada es emocionante. solo las cosas se han simplificado. no hay grandes temas. no hay grandes ecos. pocas cosas me motivan. llegué a considerar que realmente estoy deprimido y que asi he vivido por varios años. los estimulos son más bien externos. estoy en el track donde aprendo, poco a poco, aceptar que lo que hago lo hago por las razones más humanas posibles: deseo, miedo y egoismo.

es el deseo el que mantiene vivas las pulsiones. lo que me deja liberar las alimañas que traigo por dentro. es el deseo lo que siempre me ha movido. desear ser alguien más. desear no querer ser alguien más. desear todo aquello que no puedo tener, y tenerlo solo de una manera: en imagen.

el miedo a mi mismo. miedo a ser un perdedor. miedo a los secretos que llevo por dentro. miedo a olvidar esos secretos. miedo a olvidarme. miedo a la desaprobación.

soy el centro de mis propios actos y consecuencias y eso no significa que ahorita sea una novedad, siempre lo tuve muy claro. es solo que hasta ahora me percaté de la simplicidad de ese hecho y como muchos dicen, a veces las cosas más sencillas resultan mucho más complejas al final.

por ahora, el mantra es así: primero yo, después el mundo.

*
estoy viendo six feet under, la serie famosa de hbo que terminó en el 2005. me siento como Brenda y después como Claire. soy como una ninfomaniaca retirada que en realidad apenas sale de la adolescencia.

la busqueda constante es ese aparato cohercitivo e ilusorio que es el amor. y no importa la implicación ni las contradicciones, ya que al final, nos mueve, me mueve. esa falta, esa ausencia me mueve. me deja respirar.